jueves, 27 de agosto de 2009

la trinidad de Dios

La Trinidad de Dios


Uno de los grandes “Misterios” del “Mundo Espiritual” es la “Trinidad” de Dios. Las Escrituras claramente nos enseñan las diferencias entre la personalidad del Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. En el bautismo de Jesús estuvo presente “La Divina Trinidad”. El “Padre” estuvo presente y habló diciendo: “Este es Mí Hijo Amado en quien tengo complacencia”. El “Hijo” estuvo presente en Jesús. Y el “Espíritu Santo” estuvo presente en forma de Paloma. Mateo 3:16-17. La Trinidad de Dios es también enseñada en el Antiguo Testamento. En Génesis 1:26, leemos “Entonces dijo Dios: Y hagamos al hombre a nuestra Imagen”. Y cuando los “constructores de Babel” estaban edificando su torre, Dios dijo- “Ahora pues, descendamos y confundamos allí su lengua”. Génesis 11:7. Cómo conciliar esta “Trinidad” con la “Unidad” de Dios es el problema. ¿Hay tres “Dioses” o son tres “personas” en un “Dios-Principal”? Una ilustración simple puede ayudarnos. El Sol de nuestro Sistema Solar es una “Trinidad“. Se manifiesta a sí mismo en un despliegue de tres maneras, Calor, Luz, y Acción Química. Estas tres propiedades conforman el sol. Ninguna de ellas en forma separada podría llamarse sol. El “Calor” del Sol no se ve, pero se siente. La “luz” del Sol puede ser vista, y es la que hace visible al sol. La “Acción Química” del Sol no puede ser vista o sentida, pero su poder es revelado en el crecimiento de las plantas, y en las placas fotográficas.

Para aplicar nuestra ilustración los rayos “cálidos” del Sol corresponden a Dios el Padre. El no puede ser visto, pero Él puede ser sentido, porque Dios es Amor (1Juan 4:7-16, Juan 3:16) y el amor puede sentirse pero no puede ser visto. Los rayos de “luz” corresponden a “Dios el Hijo”. Es el “Hijo de Dios” el que hace Visible a Dios. El hijo (Jesús) vino a manifestar a Dios. 1 Tim 3:16. Jesús dijo de sí mismo- “Yo soy la Luz del Mundo” Juan 8:12. Juan 1:1-14. Sin el Hijo nosotros no conoceríamos como es Dios porque el Hijo vino a revelar a Dios, por lo que él pudo decir - “El que me ha visto a mi, ha visto al Padre“. Juan 14:9. La “Acción Química” del Sol corresponde a “Dios el Espíritu Santo“. Es el Espíritu Santo el que da vida y poder, y forma la “Imagen de Dios” en la placa sensitiva del “corazón humano”. Pero ni el Calor o la Luz o la Acción Química del Sol son el Sol, puesto que para hacer el Sol se requieren los tres, aunque cada uno tiene un trabajo por separado que realizar, así el “Padre“, El “Hijo” y el “Espíritu Santo“, no son Dios cada uno en sí mismo, pero uniéndolos en su capacidad son Dios, cada uno realiza su Función Oficial en la creación y preservación del universo.

Como el “Calor“, la “luz“, y la “Acción Química” del Sol varia de acuerdo a las estaciones, el “Calor” es más intenso en el verano que en el invierno, así cada Persona en el Dios –Principal se manifiesta más en una época o dispensación que en otra. El Padre se manifestó más en los tiempos del Antiguo Testamento. El hijo fue manifestado durante su ministerio terrenal, y el Espíritu Santo está Activo durante esta dispensación. Esto explicará las palabras de Jesús en la “gran comisión“. (Mateo 28:20)- “Y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo (época)”. Así como tenemos al Sol con nosotros aunque el manifieste asimismo ya sea en calor, luz o acción química, de la misma manera tenemos a Dios con nosotros cualquiera que sea su manifestación. Así cuando Jesús dijo: “Yo estoy con Vosotros” El no dijo que estaría personalmente con ellos, porque su función ahora es la de Sumo Sacerdote en el Cielo, sino quiso decir que “Dios” estaría con ellos en la persona del ESPIRITU SANTO. Jesús se fue, para que el Espíritu Santo pudiese venir. Juan 16: 7-14. Por lo tanto Jesús no está presente en forma personal con su pueblo, pero Dios lo está, porque el Dios-Principal está ahora representado en la tierra por el Espíritu Santo. Así mientras hay tres “personalidades” en el “Dios-Principal“, Hay UN SOLO DIOS.

El hombre es una “Trinidad“. Esta compuesto de “Espíritu”, “Alma“, y “Cuerpo“. I Tesalonicenses 5:23. Es una Trinidad porque fue hecho a la “Imagen de Dios“. Génesis 1:26. Por lo tanto como Dios, él es un ser “Tripartito”. Su “espíritu” corresponde a “Dios el Padre“, puede ser sentido, pero no ser visto. Su Alma corresponde a “Dios el Espíritu Santo“, el que no puede ser visto ni sentido. Su cuerpo corresponde con “Dios el Hijo“. Este puede ser a la vez y sentido, y hace visible al hombre.

domingo, 23 de agosto de 2009

juicio de Dios

LOS JUICIOS

La opinión común de que el Milenio va a ser introducido por la predicación del Evangelio y luego del Milenio va a ver una “Gran Resurrección” seguido por un “Juicio General”, una “Resurrección General”, seguidos por un “Juicio General” y luego que la tierra va a ser destruida por fuego, esto no es bíblico.

No puede haber juicio “general” porque las Escrituras hablan de un juicio que se va a llevar a cabo en el “Aire” (1 Tes 4:16, 17; 2 Cor. 5:6-10); otro en la “Tierra” (Mateo 25:31-46) y un tercero en el “Cielo”, cuando la tierra y su atmósfera hayan pasado. Apoc 20:11-15. Y para estar seguros de que estos tres juicios separados no van a estar combinados en la escena de un juicio general, tres tronos diferentes son mencionados.

1. El “Juicio del Tribunal de Cristo” 2 Cor 5:10
“En el Aire” Para “creyentes” solamente.
2. El “Trono de Gloria” Mateo 25:31-32
“En la Tierra” para “Las Naciones”.
3. El “Gran trono Blanco” Apocalipsis 20:11,12
“En el Cielo” para los “Muertos Malos”

Las Escrituras hablan de
Cinco Juicios Separados.

Ellos se diferencian en cinco aspectos generales. En cuanto a “Asunto”, “Tiempo”, “Lugar”, “Base del Juicio” y “Resultado”

JUICIO N 1

1. Asunto – Los creyentes en cuanto al “PECADO”.
2. Tiempo – 30 DC
3. Lugar – El Calvario.
4. Base del Juicio. La Obra Consumada de Cristo.
5. Resultado –
a. Muerte en cuanto a Cristo
b. La justificación del creyente.

Este juicio es PASADO. Las pruebas de los resultados de este juicio se encuentran en la Biblia en Romanos 10:4.

“Porque el fin de la ley es Cristo, para justicia a todo aquel que cree.”

“1Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús, los que no andan conforme a la carne, sino conforme al Espíritu, 2porque la ley del Espíritu de vida en Cristo Jesús me ha librado de la ley del pecado y de la muerte.” Romanos 8:1,2
24»De cierto, de cierto os digo: El que oye mi palabra y cree al que me envió tiene vida eterna, y no vendrá a condenación, sino que ha pasado de muerte a vida.” Juan 5:24

El juicio del “creyente” por el pecado es PASADO y fue pagado en la Cruz. Pero no debemos olvidar que el juicio del creyente tiene tres partes.

1. Como “pecador”
2. Como “Hijo”
3. Como “Siervo”

1. Como acabamos de ver su juicio como pecador es Pasado. Veamos este juicio.

2. Como “Hijo”

Tan pronto como el Pecador acepta a Cristo como su Salvador personal eso establece la pregunta sobre el “pecado” para él. Porque si nuestras iniquidades fueron sobre Él (Jesús), entonces no están sobre nosotros. Isaías 53:5,6. Pero la pregunta sobre el “pecado” y los “pecados” son dos cosas diferentes. Cristo murió en la Cruz como expiación por el “pecado” para pagar por la pena de la desobediencia de Adán en el Jardín del Edén. El “pecado” es esa tendencia en la humanidad de hacer lo equivocado lo cual llamamos “Depravación Natural”. No nos podemos deshacer de esta tendencia por el “Nuevo Nacimiento” pero obtenemos una “fuerza neutralizante: llamada “Nueva Naturaleza”. Llegamos a obtener una “personalidad doble” compuesta por la “Vieja” y “Nueva Naturaleza” y que va a predominar dependiendo de en qué nos alimentamos y en qué nos morimos de hambre. Esto explica la “lucha” que Pablo describe en su experiencia, luego de su conversión, en Romanos 7:1-25. Esta lucha va a continuar hasta que la “Vieja” naturaleza sea erradicada con la muerte. Los “pecados” son los hechos externos de hacer el mal y que cometemos como resultado de nuestra tendencia al pecado. Estos pecados tienen que ser eliminados diariamente por “confesión”.

“1Hijitos míos, estas cosas os escribo para que no pequéis. Pero si alguno ha pecado, abogado tenemos para con el Padre, a Jesucristo, el justo.” 1 Juan 2:1

9Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados y limpiarnos de toda maldad.” 1 Juan 1:9

Nuestro juicio como “hijos” es por los “pecados no confesos”. La pena es el castigo. Esto explica bastante el castigo de los cristianos y debería de enseñarles que son “Hijos” y no “Bastardos”. Hebreos 12:5-11. Pablo dice –

“31Si, pues, nos examináramos a nosotros mismos, no seríamos juzgados; 32pero siendo juzgados, somos castigados por el Señor para que no seamos condenados con el mundo.” 1 Cor. 11:31,32

Entonces nuestro deber como “Hijos” es de “auto juzgarnos” diariamente, “confesar nuestros pecados” y apartar el castigo de nuestro Padre Celestial.

3. Como Siervo. Esto nos lleva a lo siguiente-

JUICIO N 2

1. Asunto – Los creyentes en cuanto a las “OBRAS”
2. Tiempo – Después que la Iglesia haya sido raptada.
3. Lugar – “El Tribunal de Cristo” (en el aire).
4. Bases del juicio – Sus “OBRAS”.
5. Resultado – Recompensa o pérdida.

Este juicio es FUTURO.

“10Porque es necesario que todos nosotros comparezcamos ante el tribunal de Cristo, para que cada uno reciba según lo que haya hecho mientras estaba en el cuerpo, sea bueno o sea malo.” 2 Cor. 5:10

El pronombre “nosotros” aparece 26 veces en este capítulo, y a cada instante se refiere al creyente y la Epístola es dirigida a la “Iglesia” y los “Santos” en Conrinto, entonces el juicio del cual se habla aquí es para “creyentes solamente”. El “Tiempo” del juicio es cuando el Señor viene (1 Cor. 4:5) y el “Lugar” es “en el aire” (1 Tes 4:17) antes del juicio del Tribunal de Cristo.

Este no va a ser un juicio en el sentido de “prueba” para ver si el juzgado va a ser inocente (salvo) o culpable (perdido), porque es un juicio para “salvos solamente”. Es como cuando los jueces que participan en una Feria, Carrera de Autos, en donde los premios son distribuidos a los concursantes ganadores, Pablo describe esta escena en 1 Cor. 3:11-15.

11Nadie puede poner otro fundamento que el que está puesto, el cual es Jesucristo. 12Si alguien edifica sobre este fundamento con oro, plata y piedras preciosas, o con madera, heno y hojarasca, 13la obra de cada uno se hará manifiesta, porque el día la pondrá al descubierto, pues por el fuego será revelada. La obra de cada uno, sea la que sea, el fuego la probará. 14Si permanece la obra de alguno que sobreedificó, él recibirá recompensa. 15Si la obra de alguno se quema, él sufrirá pérdida, si bien él mismo será salvo, aunque así como por fuego.”

El resultado de este juicio es “recompensa” o “pérdida”. Todas nuestras obras malas o muertas representadas por la madera, heno y hojarasca, serán consumidas y sólo nuestras “buenas obras” permanecerán. Esto pasa muy menudo en el servicio cristiano que es meramente humano y secular y que no cuenta para nuestra recompensa eterna. Para aquellos que merecen una “recompensa” va a ver el
Día de la Coronación

Después que los juegos griegos terminaban, todos los corredores, luchadores y concursantes ganadores se reunían ante el “Bema” o estrado del juez, el cual era un asiento elevado en donde el “Emperador” se sentaba y los ganadores recibían una “corona corruptible” de “hojas de laurel”. Algunos no tenían premio, habían pedido la “Corona de victoria”. Pero mientras que no había premio no había castigo, no eran echados afuera.

El Nuevo Testamento habla de Cinco Coronas. Ver el grafico del Juicio de la Recompensa.

1. La Corona de “VIDA”

Esta es la Corona de los Mártires y es mencionada dos veces.

2Bienaventurado el hombre que soporta la tentación, porque cuando haya resistido la prueba, recibirá la corona de vida que Dios ha prometido a los que lo aman.” Santiago 1:12

10No temas lo que has de padecer. El diablo echará a algunos de vosotros en la cárcel para que seáis probados, y tendréis tribulación por diez días. ¡Sé fiel hasta la muerte y yo te daré la corona de la vida!” Apocalipsis 2:10

Nótese que no dice “hacia” la muerte sino “hasta” la muerte. No se tenían que retractar sino permanecer fieles hasta la muerte del mártir. El retractarse era perder la corona. Este se refiere a los mártires del Periodo de la Tribulación.

2. La Corona de “GLORIA”

Esta es la corona del “Pastor” o del “Anciano” otorgada por el Jefe de los Pastores cuando aparezca. Pero no es para aquellos que sirven por “lucro” o “por la fuerza” 1 Pedro 5:2-4.

3. La Corona del “GOZO”

Esta es la corona de los “evangelistas” o ganadores de almas. Aquellos traídos a Jesús por nosotros serán nuestra “corona de gozo” en Su venida. 1 Tes. 2:19,20. Fil. 4:1.

4. La Corona de “JUSTICIA”

Esta es la corona para aquellos que “aman Su venida” y se les dará en “ese día” – el Día de su Aparición. 2 Tim. 4:8

5. La Corona “INCORRUPTIBLE”

Esta es la corona del “Victorioso” y para aquellos que “golpean contra su cuerpo” (1 Cor. 9:25-27) que no ceden ante la lujuria de la carne. Que no se permiten el alejarse de la obra del Maestro por diversiones mundanas y placeres, ni tampoco saturan su cuerpo con drogas.
JUICIO N. 3

1. Asunto – Los JUDIOS
2. Tiempo – “La Gran Tribulación”.
3. Lugar – Jerusalén y alrededores.
4. Base del Juicio – Rechazo de la Deidad.
5. Resultado – Su conversión y recibimiento de Cristo como su Mesías.

Este juicio es FUTURO.

Mientras que la Iglesia está siendo juzgada en el Juicio del Tribunal de Cristo en el aire, los judíos van a ser juzgados bajo el Anticristo en la tierra. Los judíos son gente “terrenal”, todas las promesas para ellos son “terrenales”, esto hace que su juicio sea de carácter “terrenal”. La base del juicio es el rechazo de la Deidad. En los días de Samuel ellos rechazaron a Dios el Padre. 1 Sam 8:7. En los días de Cristo ellos rechazaron a Dios el Hijo. Lucas 23:18. En los días de Esteban ellos rechazaron a Dios, el Espíritu Santo. Hechos 7:51, 54-60. A causa de su pecado han sido esparcidos entre las naciones hasta que el “Tiempo de los Gentiles” sea cumplido. Cuando el “Tiempo de los Gentiles” esté por terminar los judíos van a ser reunidos de vuelta en la Tierra Santa “inconversa” haciendo que “pasen bajo la vara”. Ez. 20:34-38. Ellos serán arrojados al “Horno” de Dios. (Ez. 22:19-22) y pasarán por la experiencia hablada por Jeremías y Daniel como el “TIEMPO DE ANGUSTIA DE JACOB” Jer. 30:4-7. Daniel 12:1. Cristo lo llama “La Gran Tribulación” y El y Zacarías, el profeta, lo asociaban como el “Retorno del Señor”. Mateo 24:21-31. Zacarías 14:1-11. El agente humano que el Señor va a usar será el Anticristo, la fealdad de su gobierno será complementada por el derramamiento de las “Copas de la Ira del Señor” sobre la tierra. Apoc. 15:1, 5-8-16:1-21.

El resultado de este terrible juicio será que Los judíos van a clamar al Señor en su miseria. Zacarías 12:10. Luego Cristo a regresar sobre el Monte de los Olivos (Zacarías 14:4) y los judíos van a ver a Aquel a quien “crucificaron” (Zacarías 12:10) y la nación, la Nación Judía, va a “nacer (convertirse) en ese día.” Isaías 66:8. Esto va a completar el Juicio de los Judíos.

JUICIO N. 4

1. Asunto – Las NACIONES (Los Gentiles)
2. Tiempo – La “Revelación de Cristo”
3. Lugar – “El Trono de Su Gloria”. En la Tierra – “Valle de Josafat.”
4. Bases del Juicio – Su amenaza hacia los Hermanos de Cristo” – Los judíos.
5. Resultado – Algunas naciones serán “SALVAS”, otras “DESTRUIDAS”.

Este juicio es FUTURO.

El relato de este juicio es dado en Mateo 25:31-46. Las descripciones de este juicio y el que es dado en Apocalipsis 20:11-15 están combinadas en muchos aspectos y son tomadas para enseñar la doctrina de un juicio en general. Pero cuando las comparan ellas difieren tan ampliamente que es evidente que no describen el mismo evento. Los que Dios ha separado ningún hombre lo puede juntar. La siguiente comparación va a mostrar la diferencia de estos dos relatos:

Mateo 25:31-46

1. No hay resurrección.
2. Las Naciones Vivientes son juzgadas.
3. En la Tierra. Joel 3:2
4. No se mencionan libros.
5. Tres clases son nombradas. “Ovejas” “Cabritos”, “Hermanos”
6. Tiempo – Antes del Milenio.

Apocalipsis 20:11-15

1. Una resurrección.
2. Los muertos son juzgados.
3. Los Cielos y Tierra desaparecen.
4. Los Libros son abiertos.
5. Una clase es nombrada. “Los Muertos”.
6. Tiempo – Después del Milenio.


Esta comparación revela el hecho de que uno de estos juicios es “en la tierra” y el otro en “los cielos” y que están separados por 1,000 años.

La palabra griega “ethnos” traducida aquí como “Naciones” aparece 158 veces en el Nuevo Testamento. Es traducida como “Gentiles” por 92 veces, “Nación” o “Naciones” 61 veces y “los gentiles” 5 veces, pero nunca aplicada en ninguna instancia (a no ser que sea ésta), a los “muertos” o los “resucitados”.

Como este es un juicio para las naciones solamente, los judíos no pueden estar en él, porque ellos no están contados entre las naciones. Num. 23:9. Dado a que la iglesia va a estar asociada con Cristo en este juicio, porque los “Santos” (la Iglesia) va a juzgar al “Mundo” (las naciones), (1 Cor. 6:2) la Iglesia tampoco puede estar en este juicio. Como hemos visto la Iglesia y los Judíos han sido previamente juzgados, entonces el “Juicio de las Naciones” no puede ser un Juicio General. Si se preguntase, ¿quiénes representan a las ovejas? ¿Representan a los justos y a todos los justos desde el comienzo del mundo hasta el final de los tiempos? ¿Y los cabritos no representan de alguna manera a todos los malos?

¿Si las ovejas son los justos y los cabritos son los malos, entonces quienes son los hermanos? Si son los “seguidores de Cristo”, como algunos dicen, ellos deberían estar clasificados entre las ovejas. Las Escrituras enseñan que Los justos son salvos por “fe” y los malos están perdidos porque ellos han rechazado a Cristo, pero en esta escena del juicio las ovejas van a heredar el “reino” y los cabritos van a tener que “partir” a causa de su trato hacia ciertos hermanos.

Toda la confusión es causada por tratar de hacer del juicio de las naciones un juicio de “individuos”. Las ovejas representan una clase de naciones y los cabritos otra clase, mientras que los hermanos representan a los judíos (los hermanos de Cristo). Debemos tener en mente el tiempo y lugar de este juicio. El tiempo es en la “Revelación de Cristo” cuando venga para establecer su “Reino Milenario” en la tierra. El lugar es el “Valle de Josafat” en los alrededores de Jerusalén.

“Ciertamente en aquellos días,
en aquel tiempo en que haré volver
la cautividad de Judá y de Jerusalén
reuniré a todas las naciones
y las haré descender al valle de Josafat;
allí entraré en juicio con ellas
a causa de mi pueblo,
de Israel, mi heredad,
al cual ellas esparcieron entre las naciones,
y repartieron mi tierra.” Joel 3:1,2.

La profecía claramente declara que habrá un “Juicio a las Naciones” en la tierra en el “Valle de Josafat” en el tiempo de la restauración de la restauración de los judíos en su propia tierra y que la base del juicio por el trato de las naciones a los hermanos de Cristo – los judíos.

Durante el “Periodo de la Tribulación” las naciones que trataron al pueblo judío amablemente, alimentándolo, vistiéndolo y visitándolo en prisión, serán las “Naciones Ovejas”, aquellos que habrán observado eso van a ser las “Naciones de los Cabritos” En el “Juicio de las Naciones” el Rey (Cristo) va a decir a las “Naciones de las Ovejas” “Venid, benditos de mi Padre, heredad el reino preparado para vosotros desde la fundación del mundo.” Este Reino es el “Reino Milenario” que las “Naciones Ovejas” van a “heredar” y poseer durante el Milenio. Como ellos van a estar entre las “naciones salvas” de la Tierra Nueva (Apoc 21:24) se puede decir de ellos, que al menos van a tener vida eterna. Mateo 25:46. La sentencia de Cristo a las “Naciones de los Cabritos” será – “Apartaos de mí, malditos, al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles.” “E irán éstos al castigo eterno, y los justos a la vida eterna.” Las “Naciones de los Cabritos” serán destruidas de una vez y no podrán entrar en el Milenio y los individuos malos que las componen van a perecer y estarán eternamente perdidos.


JUICIO N. 5

1. Asunto – Los MUERTOS MALOS
2 Tiempo – Durante la renovación de la Tierra por fuego.
3 Lugar – Ante el “Gran Trono Blanco”
4 Bases del Juicio – Sus “Obras”
5 Resultado – Arrojados al “Lago de Fuego”

Este juicio es FUTURO.

El relato nos es dado en Apocalipsis 20:11-15. Va a llevarse a cabo al cerrar el Milenio 1,000 años después del Juicio de las Naciones y ante el “Gran Trono Blanco” El “Gran Trono Blanco” no va a estar en la tierra, porque el “Juicio del Gran Trono Blanco” se va a llevar a cabo durante la renovación de la tierra por fuego, porque la “renovación” de esta Tierra es reservada o mantenida hasta el tiempo de este juicio, el cual Pedro lo llama “Día del Juicio y de la perdición de los hombres impíos” (2 Pe. 3:7), porque el Juicio del “Gran Trono Blanco” es el juicio de los muertos malos.

Todos los muertos justos van a resucitar en la Primera Resurrección. Si algún justo muere entre la Primera Resurrección y la Resurrección de los “malos” o Segunda Resurrección, van a resucitar con los muertos malos en esa Resurrección. Las palabras – “ Y el que no se halló inscrito en el Libro de la Vida” (vs. 15), implica que habrá “algunos” probablemente muy pocos, justos en la Segunda Resurrección.

Al cierre del Milenio y poco antes de la renovación de la tierra por fuego, los justos vivientes van a ser probablemente trasladados y los malos o impíos vivientes van a ser destruidos por las llamas que van a consumir la atmósfera de la tierra y la superficie exterior.

Los Malos o Impíos no van a ser juzgados para ver si ellos van a beneficiar de la “Vida Eterna” sino para determinar el “grado” de su castigo. La triste característica de este juicio va a ser que habrá mucha gente buena y amorosa que no fue salva y que van a ser clasificados entre los “impíos” porque rechazaron a Cristo como su Salvador. Los “Libros” que el Ángel anotó serán abiertos para mostrar lo que cada persona ha hecho en su vida y serán juzgados de acuerdo a sus “Obras” Algunos van a ser sentenciados a algún castigo más severo que a otros, pero ninguno va a escapar. Lo peor de todo es que aquellos que no fueron tan malos van a pasar la eternidad con los impíos y en el “Lago de Fuego”. El castigo incluye la “Segunda Muerte” que significa, come hemos visto, que van a perder su cuerpo resucitado, en el cual van a ser juzgados para ser “espíritus sin cuerpo” otra vez existiendo POR SIEMPRE en el “Lago de Fuego”.

Los “Ángeles Caídos” (no así los ángeles demonios), quienes están encadenados en “prisiones de oscuridad” van a ser juzgados en ese tiempo, de lo cual Judas lo llama el Juicio del “Gran Día”. Judas 6.

QUERIDO LECTOR, ¿cuál es su relación con el “Mundo Espiritual?” ¿Se ha dejado llevar por el poder y control de los “espíritus malignos” o le está permitiendo al “Espíritu Santo” que tenga plena y completamente posesión de su vida? De su decisión depende su Estado Eterno. Su alma tiene un valor incalculable. Es por su salvación y redención de su cuerpo que el Señor Jesús murió en la Cruz. Sin su aceptación como su Salvador personal, usted estará eternamente perdido. Sin embargo, le suplico, antes de que ponga este libro aparte que se entregue a Él, quien es capaz de salvar, de tal manera que cuando Él regrese por los suyos, usted esté entre aquellos que van a resucitar en la Primera Resurrección o entre aquellos que van a estar vivos para ser raptados afín de poder encontrarse con El en el aire sin morir.

EL AUTOR.

lunes, 10 de agosto de 2009

El microchip no es el sello de la Bestia como se dice por allí, pero yo puedo afirmar que no lo es porque tengo algunas porque tengo todas las Pruebas, si usted quiere saber por favor póngase en contacto con migo Pastorlurvina@hotmail.com

domingo, 9 de agosto de 2009

apocalipsis


I. La naturaleza del libro.
A. “Apocalipsis” , el último libro del Nuevo Testamento, es un escrito de índole esencialmente profética , siendo esta obra el instrumento escogido por Dios para presentar revelaciones inspiradas en torno a numerosos eventos y condiciones de la Era Cristiana, como además sobre las acciones y el destino de varias entidades espirituales o seculares-políticas. Se hallan entre las profecías unas cuantas que describen gráficamente el espantoso desenlace final de la gran Guerra Universal entre los dos poderosos contrincantes Dios y Satanás. Esta misma Guerra es la que se lucha también en la tierra entre las fuerzas del Bien y del Mal, entre la iglesia verdadera fundada por Jesucristo y las organizaciones, tanto espirituales como seculares, que se oponen a ella y su mensaje divino.
B. Los siguientes dos textos inspirados identifican el contenido principal de Apocalipsis.

1. Apocalipsis 1:1. El libro de Apocalipsis es "la revelación de Jesucristo... para manifestar... las cosas que deben suceder”. “Revelación” es el término inspirado que fija con precisión el contenido de Apocalipsis. “La revelación de Jesucristo.”
a) ¿Quién es el autor de esta “revelación”? El Versículo Uno lo identifica como Jesucristo mismo, pues dice “la revelación de Jesucristo”.
b) ¿Qué propósito motiva a Jesucristo a dar esta “revelación”? También esta pregunta se contesta en el Versículo 1: Jesucristo desea "manifestar… las cosas que deben suceder" . Allá en el Siglo I, cuando aún estaba vivo el apóstol Juan, Jesucristo previo, desde su trono en el cielo, “las cosas” que, para aquel tiempo, pertenecían al futuro. No habían sucedido aún, pero acontecerían en el futuro después de la fecha en que Juan recibió “la revelación” . "Deben suceder”, es decir, Jesucristo, mirando desde aquel día a través de los siglos venideros de la Era Cristiana, discernía claramente “las cosas” que iban a suceder. Ya que las veía, pues debían suceder. Indefectiblemente, iban a suceder, no porque Dios las hubiese pre programado meticulosamente hasta el último detalle y segundo, predestinándolas, sino simplemente porque su capacidad de previsión no fallaba. Las veía como si hubiesen ocurrido ya porque tuvo a bien, así lo entendemos, descubrir en el futuro personajes, entidades y eventos que impactaran a su pueblo, comunicando proféticamente a la iglesia lo que vio.

2. Apocalipsis 1:3. "Las palabras de esta profecía." Esta expresión también pone de relieve el contenido céntrico de Apocalipsis. Fundamentalmente, su contenido es de "profecía”, en contra distinción a revelaciones básicamente hortatorias (de exhortación), consoladoras o doctrinales.

II. El valor de Apocalipsis para quien lo lee.
En esta sección también explicamos el origen de nuestro “Análisis de las profecías y visiones”, y la meta que perseguimos en su desarrollo.

A. El valor de Apocalipsis. Muchísimas personas que leen aunque sea solo una porción de Apocalipsis opinan que el libro es demasiado difícil de entender, aun indescifrable en las partes de alto contenido metafórico. Pronto se desorientan en su estudio, desanimándose, al tropezar con tantas exóticas figuras retóricas. No faltan exclamaciones tales como: “¡Leer o estudiar ese libro es una pérdida de tiempo!” “Cada comentarista interpreta el libro a su manera, presentando casi todos y cado uno explicaciones contradictorias” . Pues bien, a la verdad, el libro no es fácil. Sin embargo, desde el primer versículo se destaca su importancia y valor para el lector, y por ende, se infiere que entenderlo no es totalmente imposible.
1. Apocalipsis 1:3. “Bienaventurado el que lee, y los que oyen las palabras de esta profecía, y guardan las cosas en ella escritas…” ¿Se da cuenta? ¡Leer u oír “las palabras de esta profecía” trae bienaventuranzas! Pero, ¿cómo recibir bendiciones si casi todo el libro es, conforme a la apreciación de no pocos, un misterio envuelto en un enigma? ¿Cómo guardar “las cosas” de este libro si no son entendibles? ¿Con qué lógica “manifestar a sus siervos las cosas que deben suceder pronto” (Apocalipsis 1:1) si estas “cosas” no son comprensibles?
2. Apocalipsis 22:7 y 9. “Bienaventurado el que guarda las palabras de la profecía de este libro.” El ángel que mostraba al apóstol Juan “estas cosas” se identifica diciendo: “Yo soy consiervo tuyo, de tus hermanos los profetas, y de los guardan las palabras de este libro ” (Apocalipsis 22:9). Recalcamos: ¿cómo guardarlas los humanos, o siquiera los ángeles, si no se pueden entender?
3. Apocalipsis 22:16. Apocalipsis fue dado por Dios para “testimonio… en las iglesias” (Apocalipsis 22:16). Pero, si este “testimonio” no es entendible, ¿con qué lógica darlo “en las iglesias” ?
4. Apocalipsis 19:10. “El testimonio de Jesús es el espíritu de la profecía” (Apocalipsis 19:10). Esto quiere decir, a nuestro entender, que “la profecía” , y por inferencia, su real y fiel cumplimiento, figura notablemente en el “testimonio” que Jesús da “en las iglesias” , y como orientación o aviso para el mundo inconverso. Pero, este “testimonio de Jesús” solo trae confusión y hasta burla de resultar totalmente incomprensible. Lo mismo que hablar “lengua extraña” , sin interpretarla, en presencia de quien no la entiende (1 Corintios 14:9-11, 27-28).
5. Conclusión. A la revelación de estos textos, me parece no solo razonable y beneficioso sino también absolutamente necesario escudriñar Apocalipsis asidua y pacientemente. Aún más: es un deber impuesto implícitamente por Dios. El autor de este “Análisis” está esforzándose para cumplir. Respetado lector, le animamos a hacer otro tanto. Personalmente, ya he podido comprobar que Apocalipsis es un enorme tesoro riquísimo y variado. Examinarlo, poco a poco haciéndolo nuestro, redunda en bendiciones valiosísimas, siendo una de las más grandes la de poder verificar la veracidad del libro, y esto se logra al ver nosotros con nuestros propios ojos el cumplimiento incuestionable tanto de profecías pautadas para el tiempo presente como para las etapas anteriores de la Era Cristiana.
B. Para este "Análisis de las profecías y visiones de Apocalipsis" establecemos la meta siguiente: presentar las interpretaciones que, a nuestro juicio, son las más lógicas por ser las que mejor armonizan entre sí, concuerdan con las demás Escrituras inspiradas y se ajustan a los eventos ya transcurridos durante la Era Cristiana, como también a los acontecimientos y las circunstancias significativas del tiempo presente (principios del Siglo XXI). A pesar de haber desarrollado el autor de este “Análisis” fuertes convicciones sobre el significado y la aplicación de las profecías y visiones, jamás pretende que sea aceptada su interpretación como la definitiva o la única admisible. Lejos de declarar su análisis “finalizado de una vez para siempre”, sigue investigando materias relacionadas y comparando otras interpretaciones con la que él ofrece. Este “Análisis” no es una mera recopilación o comparación de interpretaciones ya publicadas, sino mayormente el resultado de estudios e investigaciones originales. En este “Análisis”, no pretendemos descubrir y refutar toda interpretación contraria a la nuestra. Hace años, se me pidió enseñar el libro de Apocalipsis a los alumnos de la “Escuela de Estudios Bíblicos Avanzados de las Iglesias de Cristo en Puerto Rico”, y ya está tomando el curso el quinto grupo de estudiantes. Este “Análisis” es el fruto de intensos y largos años de estudios, acompañados por la ferviente oración de no defraudar o instruir erróneamente al estudiantado. Seguramente, el lector perspicaz apreciará la importancia de también estudiar él mismo detenida y objetivamente todas las interpretaciones traídas antes de hacer cualquier evaluación.

III. El trasfondo histórico de Apocalipsis.
A. ¿Quién es el autor? El apóstol Juan. Para mi Cristo.
1. Juan mismo afirma haber recibido la revelación:
a) Apocalipsis 1:1. "La revelación de Jesucristo, que Dios le dio, para manifestar a sus siervos las cosas que deben suceder pronto; y la declaró enviándola por medio de su ángel a su siervo Juan."
b) Apocalipsis 1:4. “Juan, a las siete iglesias que están en Asia: Gracia y paz a vosotros, del que es y que era y que ha de venir, y de los siete espíritus que están delante de su trono."
c) Apocalipsis 1:9. "Yo Juan, vuestro hermano, y copartícipe vuestro en la tribulación, en el reino y en la paciencia de Jesucristo, estaba en la isla llamada Patmos, por causa de la palabra de Dios y el testimonio de Jesucristo."
d) Apocalipsis 21:2. "Y yo Juan vi la santa ciudad, la nueva Jerusalén, descender del cielo, de Dios, dispuesta como una esposa ataviada para su marido."
e) Apocalipsis 22:8. "Yo Juan soy el que oyó y vio estas cosas. Y después que las hube oído y visto, me postré para adorar a los pies del ángel que me mostraba estas cosas."

2. Los siguientes escritores del Siglo II y de la primera parte del Siglo III de la Era Cristiana atestiguan que el apóstol Juan es el autor de Apocalipsis: pero yo digo que el autor de este libro es Jesucristo. Todo lo que Juan vio y escribió, todo se le fue dicho. Y dado por Cristo mismo y por un ángel del señor. Apocalipsis 22:8
B. ¿Dónde fue escrito? "En la isla llamada Patmos" (1:9).
1. La localización de Patmos, su tamaño y su topografía: "Unos 100 km. al suroeste de Éfeso, 16 km. de largo por 12 de ancho, rocosa y sin árboles. Se informa que Juan fue desterrado allí durante la persecución bajo Domiciano en el año 95 d.C., suelto y permitido su regreso bajo el emperador siguiente, Nerva, en el 96 d.C. y que vivió hasta el reinado de Trajano que comenzó en el 98 d.C." (Compendio manual de la Biblia, Henry Haley, 609).

2. La razón por la cual Juan se encontraba en la isla:
a) " Por causa de la palabra de Dios" (1:9).
b) "Y el testimonio de Jesucristo" (1:9).
C. ¿Cuándo fue escrito Apocalipsis?

1. A continuación, la razón principal para pensar que fuese escrito en el año 95 o el año 96 después de Cristo: el testimonio de Ireneo, cristiano erudito, autor y apologista que vivió en el Siglo II. Ireneo escribió: "La Revelación fue vista no hace mucho tiempo sino casi durante el tiempo de nuestra generación hacia el fin del reinado de Domiciano”.
· a) El emperador romano Domiciano reinó desde el año 81 d.C. hasta el año 96 d.C.
· b) Ireneo, nacido en el año 130 d.C., era contemporáneo de Policarpo , afirmando haber escuchado a este predicar .
· c) Policarpo, quien murió en el año 155 d.C., era, a su vez, contemporáneo del apóstol Juan por más de veintinueve años .
· d) Conclusión importante. Ireneo tuvo amplias oportunidades personales para obtener directamente de Policarpo, información fidedigna acerca del apóstol Juan, sus obras en el Reino de Dios y sus escritos.
· e) Objeción a la conclusión . Se alega que el lenguaje de Ireneo en el idioma original es ambiguo dando lugar a una interpretación diferente, a saber, que el pergamino de Apocalipsis, supuestamente ya existente desde antes del año 67 d.C., fuera visto en el año 95 ó 96 d.C., o que Juan mismo, como persona viva en la tierra, fuera visto.
· f) Evaluación de la objeción . El contexto de la afirmación de Ireneo claramente indica que se trata de las visiones de Apocalipsis, y no del pergamino en el que las visiones fueron escritas. “La Revelación fue vista” , escribe Ireneo. “Fue vista” armoniza perfectamente con el medio utilizado por Dios para transmitir las profecías, a saber, escenarios que el apóstol Juan vio transcurrir como en vivo . Consideremos: el verbo "Vi" aparece por lo menos treinta y siete veces en el libro y el verbo "Miré" por lo menos doce veces . Ciertamente, "la Revelación fue vista" , tal y como dice Ireneo. Estas consideraciones invalidan, a nuestro parecer, la objeción.
· g) La expresión "no hace mucho tiempo sino casi durante el tiempo de nuestra generación" la consideramos una evidencia inexpugnable de que Apocalipsis data desde el año 95 d.C. y no desde la década de los sesenta del primer siglo. Razonemos imparcialmente. Ireneo nació cerca del año 130 d.C., datando sus obras literarias principales desde más o menos el año 180 d.C. (La enciclopedia británica, Tomo XII, Página 633, 1964) . Al decir él “nuestra generación” , se dirige a la generación existente en el momento cuando compuso su escrito, o sea, la generación viva para los años del 130 a más o menos el 188. Tomemos nota: para aquella generación de Ireneo, la sexta década del Siglo I no era, en definitiva, “casi durante” su tiempo, habiendo transcurrida por lo menos sesenta años antes de su generación . En cambio, el año 95 d.C. caía no precisamente dentro del tiempo sino “ casi durante el tiempo” de la generación viva cuando Ireneo escribió “Contra herejías” , obra donde aparecen las palabras citadas.

fe

FE Aprobación que se da a alguna verdad, o confianza que una persona deposita en otra. Fe salvífica, por ejemplo, es la total confianza del hombre en Cristo. En la teología bíblica no hay palabra más importante. Es tema predilecto de los autores del Nuevo Testamento, especialmente Pablo y Juan, pero encuentra sus antecedentes también en el Antiguo Testamento. Las tres palabras (fe, fiel y creer) se hallan en el Antiguo Testamento aproximadamente setenta y cinco veces, y en el Nuevo Testamento más de seiscientas veces. En el Antiguo Testamento la palabra fe suele usarse con referencia a Dios: su fidelidad ( Dt 7.9 ;  Is 49.7 ), sobre todo en guardar el pacto. La fe de los hombres tiene el sentido de una llana y entera confianza en Dios, como lo demostró Job ( 16.19s ;  19.25–27 ; cf.  Sal 37.3ss ).
El ejemplo predilecto de la fe es  Abraham  ( Gn 15.6 ). Salió de  Ur  sin saber adónde Dios lo llevaba ( Heb 11.8 ); creyó que iba a tener un hijo pese a su avanzada edad ( Gn 15.4–6 ); y cuando Dios le pidió sacrificar a ese hijo, no se opuso ( Ro 4.16–18 ;  Heb 11.17–19 ).
Los fieles del Antiguo Testamento, enumerados en  Heb 11 , anhelaban lo prometido, pero murieron sin conocerlo de cerca (vv.  13 ,  14 ,  39s ).
Esta esperanza y confianza se aclara y concreta en el Nuevo Testamento, cuando se declara que la única fe verdadera está siempre, aunque en distintas maneras, vinculada con Cristo ( Hch 4.13s ;  1 Co 3.11 ).
El supuesto conflicto entre Santiago y Pablo con referencia a la fe versus las buenas obras es un concepto popular errado. Pablo no rechaza las buenas obras, ni Santiago la fe paulina. Ambos hablan de la fe de Abraham ( Gl 3.6–12 ;  Stg 2.21–24 ). Compárese  Stg 2.14ss  con  Tit 1.16 ;  3.7s ;  2 Co 9.8 ;  Ef 2.8–10 ; etc.
La fe encierra toda la vida nueva de los creyentes ( Ro 3.27 ;  11.20 ;  Col 1.23 ;  Tit 2.2 ;  1 P 1.7 ).
Significa también la virtud específica de mantener contacto con Cristo ( 1 Co 13.13 ;  2 Ti 1.13 ).
Es la fe (acerca) de Cristo ( Ro 3.22 ;  Ef 3.12 ).
Es la fe en Cristo ( Gl 3.26 ;  Col 1.4 ).
Se usa con la preposición griega eis con sentido de compenetración ( Jn 14.12 ;  Ef 1.15 ).
La fe se basa sobre Jesús ( Lc 24.25 ;  Hch 9.42 ) y se relaciona directamente con la persona de Cristo ( Jn 14.3 ;  2 Ti 1.12 ).
En los →  Sinópticos  la fe se dirige generalmente hacia la persona de Jesucristo, allí presente en la carne, y particularmente se refiere a la fe para salud ( Mt 9.22 ).
Al pasar la Iglesia a la edad postapostólica, cada vez más la fe significa el cuerpo oficial de doctrina ( Jud 3 ,  20 ). Entre estos extremos hallamos la enseñanza apostólica que puede apreciarse en los siguientes temas:
1. La fe se basa en el significado de un hecho histórico ( Hch 17.3 ).
2. Es más que el acto de creer. (Los demonios también creen y tiemblan, según  Stg 2.19 ). Es la participación en la vida de Jesús ( 1 Jn 2.6 ).
3. Es el resultado del impacto de la gracia de Dios en nuestras vidas. «Dios nos amó» este es el punto de partida para el desarrollo de una nueva experiencia de vida ( Jn 3.16 ).
4. Pero más que una decisión momentánea, la fe es un clima espiritual, un modo nuevo de vivir ( 2 Co 7.7 ;  Ro 11.20 ).
5. La fe es indispensable para la →  Justificación . Cristo inmolado en la cruz efectuó la salvación de la humanidad. Sin embargo, el hombre debe ser receptivo al significado de aquel acontecimiento. El acto fundamental del amor de Dios espera una respuesta de los hombres. La fe es esa respuesta. Por nuestra fe somos justificados ( Ro 1.17 ;  5.1ss ;  Gl 2.16 ).
6. La fe se vincula siempre con la →  Gracia . El mensaje de la cruz (la capacidad de responder a él) no tiene requisitos de santidad, conocimiento, buenas obras, etc. No son los poderosos ni los sabios los que se salvan ( Mt 11.25 ;  1 Co 1.18–31 ;  2.14 ). Puesto que el espíritu del incrédulo está muerto, no puede responder si no es por la gracia ( Ro 4.16 ;  Ef 2.8s ).
7. Cristo es el autor y consumador de la fe ( Heb 12.2 ) y obra fe en nosotros por su Espíritu Santo. El Espíritu vivifica a la persona que es justificada por la fe. Ya no anda conforme a la carne sino conforme al Espíritu, en novedad de vida ( Jn 6.63 ;  Ro 7.6 ).